lunes, abril 02, 2007

Trabajo Infantil: Negación de Derechos

Desde un tiempo a esta parte, EEUU nos enfrenta de manera global hacia una guerra en contra del terrorismo, una lucha que ha resultado en una carrera armamentística sin cuartel, en donde paradojalmente –o intencionalmente-, USA es uno de los países mas beneficiados económicamente por estas políticas antiterrorismo –o sus empresas multinacionales si nos ponemos a mal pensar-.

Lo anterior, ha eclipsado fuertemente otros ámbitos que resultan tan terroríficos como la inseguridad en la que se vive actualmente. La situación de pobreza en que vive mas de la mitad de la población mundial, y los muchos conflictos sociales que se desprenden de ella, se convierten en una alarma no demasiado subjetiva de otro tipo de terrorismo que se lleva vidas por miles día tras día, terrorismo que sin embargo es obviado por una buena parte de la humanidad.
Así, en esta realidad del Sur Dominicano, uno de los deterioros sociales que mas se pueden observar y palpar, es lo que se conoce como trabajo infantil, el que dependiendo de los grados de esfuerzo físico y psicológico, puede llegar a transformarse en explotación.


Ésta, es una de las tantas aberraciones que ocurren día tras día –sin hablar de tráfico y prostitución infantil-, aún cuando mundialmente exista una Convención de los Derechos del Niño, y un decálogo de derechos inalienables e irrenunciables, que en ocasiones se reparte en reparticiones públicas y privada. Trabajo infantil en donde a millones de niños se les niega la posibilidad de desarrollarse libremente para que puedan optar por el espacio que quieran habitar, por ejemplo, se obstaculiza la posibilidad vital de la educación con calidad.


Trabajo infantil que colabora con economías menguadas por parte de los familiares, quienes requieren de mano de obra gratuita, para intentar conseguir unos pesos que permitan la sobrevivencia.

Trabajo infantil que se destina en muchas veces, no a una actividad productiva, sino que a labores que por ejemplo, se signifiquen con la búsqueda del elemento vital para la vida, el agua. Pues claro, en muchas partes se derrocha inconcientemente, pero en otras, se caminan horas por descampados, para obtenerlas en cubetas.

Trabajo infantil que se ocupa de situaciones típicas de un hogar, pero que en ocasiones, por la cantidad de responsabilidades, se convierte en una carga que talvez, una mujer y un hombre debieran hacerse cargo.

Un terrorismo que cuando se conoce, te genera un millón de sensaciones, emociones o sentidos que no redundan en placer en ningún caso, retumban como eco en rabia, en amargura, y obviamente, en la fuerza que te dan los hechos objetivos, de seguir construyendo o aportando a la justicia social.

No mas conversaciones, comités, investigaciones y estudios, ahora vienen resonando como un deber ser, las acciones, pues como decía el Che: ¡Las palabras que no cuadran con los hechos carecen de importancia!.

(Entiendo que alguna foto pudo causar escozor y malestar que incluso unos pueden acusar de morbo social, sin embargo, y a pesar de la autocensura que uno reflexionó una y otra vez, se quisieron rescatar imágenes que no disfrazarán la realidad. Más encima de esos disfraces, lamentablemente, estamos acostumbrados al leer medios de comunicación masivos inoperantes con informar sobre la realidad y sus subjetividades)

René Squella Soto
Con Convicción y Pasión en la Revolución para Otro Mundo Posible

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