viernes, septiembre 19, 2008

Y MOISES SEPARO LAS AGUAS

Y si lees ese libro tan famoso en el mundo, que para muchos es pilar de la vida, encontraremos textos sobre un personaje llamado Moisés, que Dios escogió para llevar su palabra al pueblo elegido, y le dio el don de guiarlos por medio de las aguas. “Pero Dios dijo a Moisés: -Tiende tu mano sobre el mar… los israelitas pasaron por el mar a pie, sin mojarse, mientras las aguas les hacían de murallas a derecha e izquierda… Así, Israel respetó al Señor y tuvo confianza en él y Moisés, su servidor” (ÉXODO 14)

El primer fin de semana solos como equipo 2008 – 2009 (aunque aún nos falta la tercera pata, porque una mesa al menos necesita 3 patas para no caer) acá en dominicana fuimos invitados a una ordenación sacerdotal en un lugar llamado Guayabal… en coordinación con el padre Jonas, párroco de nuestra iglesia de Juan de Herrera, partimos a las 7:30 hrs hacia el destino….si les decimos “ordenación sacerdotal” ¿en qué piensan?... si claro una liturgia en donde se ordena a un sacerdote… pues claro esa era la idea… pero como todo en Dominicana no podía ser solo eso… llegamos a Padre Las Casas, el pueblo más cercano, sin ninguna novedad y en una camioneta toda internacional, con dos chilenos, un sacerdote de Puerto Rico, un sacerdote de Haití y una joven Dominicana… de pronto… el camino se hace cada vez más complejo… de tierra, con camiones y tractores por el recorrido.

Cuando pensábamos que ya habíamos pasado lo más difícil, NOOOOOOOO un río cortaba el camino, no era muy grande, pero si traía mucha corriente y no dejaba pasar a vehículos 4x4…. Y ahí entre tubos, porque estaban reparando el camino… como cada año… mulas y guaguas estacionadas, nos dicen que la solución era que había que cruzar en la pala mecánica. El Primero fue “Super Monse”, Monseñor José Dolores Grullón Estrella, quien se monto en la pala mecánica con un grupo de gente y se fue a cruzar el río… como decíamos antes “los israelitas pasaron por el mar a pie, sin mojarse, mientras las aguas les hacían de murallas a derecha e izquierda” ahora debimos decir “los cristianos cruzaron el río en tractor y excavadora, sin mojarse, mientras las aguas seguían su curso”… así cruzamos todos, primero arriba de una pala mecánica y luego arriba de una retroexcavadora, también hubieron quienes lo hicieron en las mulas.

Luego nos montarnos en una guagua pública (micro) que nos llevaría al pueblo…. Pero ¿Creen que terminaba ahí? NOOOOOOOOO… la guagua se quedo parada en una subida llena de barro y nos tuvo que remolcar un tractor que ayudaba a arreglar el camino.

Llegamos a Guayabal, muy ordenado, esperando a las visitas, la misa ya había comenzado…. Estaba lleno, todos con sus mejores vestimentas desde los niños hasta las abuelitas que viajaron más de 2 o 3 horas y luego cruzaron el río. Un ambiente festivo, con un calor como del desierto que cruzo Moisés, y con más fe que la de los Israelitas…. Termino la liturgia y todos almorzamos en el liceo, saludando a la diócesis en plenitud, pensando el lo inusual de la experiencia.

El regreso fue similar pero al revés, debimos volver rápido pues amenazaba la lluvia y si eso ocurría nos quedaríamos encerrados en Guayabal… volvimos a nuestro hogar con la experiencia en el corazón pensando en las nuevas sorpresas que el destino pondrá en nuestras vidas en este año en Dominicana.

Ahora bien, luego de la travesía y la experiencia entre turismo aventura y rito religioso queda una espina en el corazón… una espina que mencionó en su predica el nuevo padre Moisés “Para los que no son de Guayabal esa fue una aventura, un momento grato que no se olvidara y que pasa a ser parte de los buenos recuerdos, pues no hubieron accidentes, y todo fue bello… pero ¿y para la gente de Guayabal es una aventura y una buena experiencia?”. Cuentan que cada año ocurre lo mismo con las lluvias, el camino se corta y ellos quedan incomunicados, el cruce de los ríos no se puede realizar, las palas mecánicas y las retro no están a su disposición como ese día y si se puede llegar a cruzar será en mula… con una corriente fuerte en donde ni tú ni la mula saben bien el riesgo de cruzar… entonces si eso ocurre todos los años ¿Qué debemos hacer para cambiar esa realidad y que la fiesta de Guayabal no sea solo por una ordenación, sea porque salir deje de ser “una aventura”.?





Los 3 Tercioces

2 comentarios:

Clau dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Clau dijo...

no podía ser de otro modo, lo que uno cree imposible, en la diócesis de San Juan de la Maguana la realidad supera la ficción.
que ganas de haber estado ahí.