MIS PANTALONES TIGERES

No sé cómo empezar para que me entiendan, la historia es algo dominicana, es buena de contar, tiene varios condimentos.

INTRODUCCIÓN
La vaina parte cuando en uno de nuestros días de casa, que casi siempre son los fines de semana, cuando lavamos ropa, limpiamos profundamente o hacemos cosas del hogar. Mi turno en la lavadora, la que debemos sacar de la casa al patio para usarla y que cargamos manualmente de agua para su funcionamiento, había llegado, era el último, ya que me desperté más tarde, mi ropa estaba cargada en su primer lavado con agua y detergente y no llevaba más de 5 minutos dando vuelta, cuando la luz se corto, cosa común en dominicana, y como dijo el sabio Javier, mi “socio”, “La luz en dominicana es como la muerte, todos sabemos que llegara, pero nadie sabe cuándo”, ahí la deje esperando que regresara la luz, mientras nos tiramos en las hamacas, no mentira, fuimos donde Portes, un trabajador del aserradero que queda dentro del terreno de la casa, nos llevo a su casa a buscar unos pescados, parece muy amoroso, pero la experiencia con Javier, fue única, digna de una película de cinearte, imágenes únicas, gestos que no se me olvidaran, muchas cervezas, yo en pijama y a Javier se le cae el pescado recién aliñado, que experiencia, jajajajajajajaja.

EL PROBLEMA
Regresamos a la casa como a las 15:00 y habíamos salido cerca de las 12:30, y aun la luz brillaba por su ausencia, en verdad no brillaba, como a las 16:00 regreso y yo pude lavar toda la ropa y luego centrifugarla para que se seque más rápido, cosa útil en ese momento, ya que las nubes de lluvia se hacían sentir. La luz ya no se fue, pero la lluvia llego, en ese momento improvisamos un tendedero dentro de mi pieza, donde colgamos toda mi ropa. Fue en ese momento donde me dí cuenta, mi Blue Jeans, el que me compre especialmente por su comodidad para traer a este año de experiencia, se había roto. En un comienzo culpe a la vieja lavadora, pero después de un rato me dí cuenta que el culpable era el detergente, maldito químico quemo mi pantalón, el que quedo por más de 3 horas sin moverse dentro de la lavadora. El mayor problema era que el orificio era grande y justo en el cachete del poto y muy desinhibidos serán en dominicana, pero como me decían cuando niño “tus partes intimas solo pueden ser vistas por la mamá, el papá y los abuelos”, jajajajajajaja y como ninguno de los 6 está en dominicana, no me iba a lucir por las calles.

LA SOLUCIÓN
Nuestra vecina, madre de crianza, alimentadora de fin de semana, Belkis, la mujer de mil oficios, dentro de uno, el cocer, ella seria la que salvaría mi jeans. Elena que también necesitaba le arreglaran su jeans favorito, se los llevo, la cosa es que en la mejor intención de todas, Belkis, los enchulo, si los enchulo como los autos, mis jeans, quedaron enchulados, aparte del parche en el cachete le puso uno en la rodilla izquierda, quedaron hechos unos jeans tigeres.
Los tigeres en dominicana son los machos alfa caribeño, que con poleras ajustadas y montados en su motor con una chica aferrada a su cuerpo parten en busca de una bachata o merengue. Mi jeans era digno de ser usado por uno de ellos. ¿Qué hacer? Como ya son casi 3 meses y me he acomodado muy bien a la cultura dominicana, opte por usarlos y atigerarme, jajajajajajaja.

LO MEJOR
El lunes me los puse para ir a la oficina, a nadie le pareció raro el que mi pantalón tuviese tanto parche. Tuve que salir a hacer una cotización al centro de San Juan, el que me atendió, Juan, que ya conocíamos y que es el prototipo tigere y con ropa de marca, me pregunto “¿Hermano, donde compraste esos pantalones?” Mis jeans que en un momento di por perdidos, era alabado por un tigere, qué más puedo pedir, ya tengo parte de tigere, con esos jeans llegare a Chile con mi pinta de regetonero, mi guayabera y mi gorro con el signo dólar, jajajajajajaja, que imagen.

Mis panas, nos vemos en el aeropuerto y podrán ver a un aprendiz de tigere.
¡¡¡¡Ya tu sabe!!!!!!!!