lunes, noviembre 27, 2006

Puertas del atardecer

Las puertas están abiertas de casi todas las casas de los campesinos, aunque se debe hacer la salvedad, que en la ciudad esta transparencia se oscurece, pues no solo las puertas están cerradas, sino que muchas tienen además rejas para resgarduarse. Por lo demás, en las ciudades puede haber conversor o planta eléctrica para tener luz, y en el campo, las puertas abiertas resguardan la luz, no hay recursos para plantas o conversores, y lo mejor es la luz del cielo que entra por cualquier rincón del hogar.

Pero no solo para la luz existe la apertura, para quien se acerque, las puertas de la casa están también abiertas. La sonrisa especial de la mujer dominicana, el tono campechano del Dominicano, los gritos y los ademanes de los niñ@s, la coquetería de la joven, todo se encuentra tras ese umbral que nos da cuenta de un rincón sencillo, casi siempre ataviado por imágenes religiosas, y por la sincera acogida del caribeño dominicano al hogar.

Vivimos en el campo, en una pequeña localidad rural a las afueras de San Juan de la Maguana, Capital de la Provincia con mayor territorio de Dominicana, el “granero del Sur” .

Se encuentra Dominicana entrando en el invierno, los cielos se despejan y las lluvias amainan hasta mediados de Marzo. Comienza la sequía invernal, las bajas de temperatura (cuando mucho baja a 13 grados en donde nos encontramos), y la naturaleza continúa dando imágenes como la que se ve desde nuestra casa en una atardecer cualquiera.

Con Convicción y Pasión Hasta la Victoria Siempre

Desde Dominicana

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