Uno de los lugares que guarda leyendas por estos lados sureños de Dominicana, es éste, Las Agüitas de Livorio.
En el 1908 (no recuerdo exactamente), sobrevino ante el pueblo del sur dominicano, una de las tormentas mas potentes de que se tenga memoria. Olivorio Mateo, se extravío junto a los cientos de desaparecidos por la subida del río que pasa por el lugar. Al noveno y último día de su entierro mientras los familiares lamentaban la partida, aparece Olivorio. Todos exaltados no entendían lo que pasaba, hasta que, el perdido contó su historia, en la que relataba el encuentro con Dios, y el pedido de este, de ayudar en la sanación de los enfermos como uno de sus herederos en la tierra.
La mano que marcó el maestro Olivorio Mateo en las piedras
Olivorio luego de lo ocurrido, se convierte en una celebridad religiosa que sana enfermos con su poder, y que es capaz de enfrentarse con los seguidores de su secta, con los poderes políticos y militares que terminarían con su vida, e inclusive, en años muy posteriores, con la vida de decenas de los mas fieles de los seguidores del Dios terrenal Olivorio Mateo.
Uno de los tantos seguidores, y quizás el mas fiel, Jesús
¿Verdad o ficción?, a la cuenta de cada uno.
Con Convicción y Pasión Hasta la Victoria Siempre





Las puertas están abiertas de casi todas las casas de los campesinos, aunque se debe hacer la salvedad, que en la ciudad esta transparencia se oscurece, pues no solo las puertas están cerradas, sino que muchas tienen además rejas para resgarduarse. Por lo demás, en las ciudades puede haber conversor o planta eléctrica para tener luz, y en el campo, las puertas abiertas resguardan la luz, no hay recursos para plantas o conversores, y lo mejor es la luz del cielo que entra por cualquier rincón del hogar.











