lunes, octubre 20, 2008

VOS SABÉS

Está historia es la muestra de amor que un padre puede tener por un hij@.

El destino hizo que estando en San Juan de la Maguana, tuviese que viajar hasta Punta Cana, cruzar más de 420 kilómetros de un país lleno de colores, olores, temperaturas y carreteras con hoyos, para ver como un padre dedica todo el amor a su hija, que gracias al cariños de médicos y dedicación de mucha gente, hoy se encuentra sana y muy despierta.

Herold, un hombre haitiano de 24 años aparece por la salida del Aeropuerto de Punta Cana, en su cara se vislumbra ansiedad por saber quiénes son los que lo van a guiar hasta Santo Domingo para tomar el bus que lo regrese a su tierra y a su querida familia; algo de miedo por llegar a un país en que la gente discrimina a sus vecinos; cansancio de un viaje y de estar más de dos meses lejos de los suyos, alegría de que su hija esté sana y a su lado; y paz de saber que como padre a luchado por darle lo mejor a los suyos.

Este hombre trae consigo su tesoro más preciado, su hija Rose, una negrita hermosa y le digo negrita con el respeto más grande y sabiendo que como Negro que puedo ser en Chile, lo mejor es aceptar esa diferencia, que no marca ser mejor o peor persona, solo una diferencia que existe y que es buena. Sobre el coche, Rose viene muy despierta, entrega sonrisas y sus brazos para ser tomada y llevada como si nosotros la conociéramos desde hace mucho, repite con claridad las palabras que nosotros le decimos, pero nunca pierde de vista a su padre, lo sigue con la mirada, le hace saber con sus gestos y ruidos que ella está ahí, y está ahí en parte por esa entrega incondicional de su padre.

El viaje desde Punta Cana a Santo Domingo es en calma, conversamos sobre el proceso que le tocó vivir a ambos en un país tan lejano y tan distinto. A Herold se le escucha agradecido de todo, de los médicos, la gente, la comida, los gestos y cariños, Rose por su parte toma un yogurt en los brazos de Gonzalo y comienza a quedarse dormida.



Antes de irnos al lugar donde pasaríamos la noche, pasamos a comer. Tito, el chofer, un amigo y gran persona, nos guía a un lugar, donde la gente queda mirando a estos cuatro hombres que traen consigo a una bebita muy linda, la cajera nos mira con cara de asombro, más aun cuando nos escucha hablar y se da cuenta que un haitiano, un dominicano y dos chilenos están haciendo un viaje tan largo. Su asombro paso a muestras de cariño con Rose, ella se dejaba querer, mientras nosotros le pasábamos unas papas fritas o un pedazo de pollo que con sus pequeñas manos tomaba y se los llevaba a la boca.

Llegamos a una casa de Jesuitas, lugar que desde Fundasep nos ayudaron para que nos hicieran precio y nos dieran las comodidades. El lugar era bello, sobre una de las murallas, la imagen del Padre Hurtado me hizo recordar Chile. Cada uno partió a su pieza, el cansancio y el tener parte de la labor cumplida hizo que durmiéramos muy bien. A las 7:45 sonó el despertador y después de una rica ducha, me tocó despertar al resto del Equipo, cuando llegue a la habitación de Herold y Rose, ellos ya estaban listos, vestidos muy formales, Rose tenía puesto un vestido blanco, que la hacía parecer una princesa.

El desayuno estuvo cargado de emoción, ya que Herold pudo contactarse con su familia en Haití y decirles que ese día regresaría y que llevaba consigo a Rose. El tiempo que siguió, paso muy rápido, compra de comida, los pasajes, cambio de pañales, llamada para confirmar la hora de llegada y la subida al bus…. Fue en ese momento donde la canción de los Fabulosos Cadillacs, “Vos sabés”, se me vino a la mente, fue ver a Herold con Rose en los brazos con una cara de alegría que lo decía todo, que en verdad hizo que el cansancio del viaje se olvidara y que ese amor llenara cada rincón.

Herold, Rose y familia, que estén muy bien. Tito, gracias por guiarnos en este camino, Gonzalo, compañero, amigo, la historia ya comenzó y seguirá por mucho, y a todos los que ayudaron en este proceso, gracias por todo y por dejarme ser parte de esto.


El amor de un padre a un hijo no se puede comparar


Es mucho más que todo

No, si vos sabés




EL NEGRO UBILLA

4 comentarios:

Clau dijo...

ya tu sabes,
snif

DANAE dijo...

negro eres el mejor hermano mayor que podria uno tener
te amo miles!!!!!

Anónimo dijo...

bakán...

La nita me preguntó como podíamos llevarlos hasta haiti...de ahi surgió la idea de que podia ser via voluntarios AS-"FUNDASÉ". Lo mejor es que ellos ya se encuentran en su tierra y con sus familias. por eso nuevamente, bakán compañeros.
elprimodesanjuandelamaguana

Anónimo dijo...

Hijo....cuan privilegiado eres de estar en donde VIVES, elegiste sin dudar integrar éste soñador proyecto (América Solidaria)...hoy haces lo debido, te entregas al día a día con todo tu ser, percibes la realidad de lo que te rodea como cuando pequeño te quedabas prendado de las hojas de arbustos y flores, como cuando mirabas de lejos el Cerro San Cristóbal...tus ojitos de entonces avisaban que veías todo y lo comunicabas con un multisignificativo..."CO"...(tú sabes a que me refiero), hoy son tus cálidas palabras las que nos llevan a "sentir" lo que vives...Sí Nachito, el amor de un padre a un hijo no se puede comparar...gracias a Dios por ser hijo nuestro y reconocer a los padres que te rodean y de seguro harán de tí EL MEJOR PADRE...
TE QUIERO MUCHO
mamá pameparejatobardeubilla