En la sección La Florida hay siete comunidades, más de 1.000 personas y ni una sola llave de agua. La gente saca el agua directamente del río, que está a 40 metros de las casas más cercanas y a 3 kilómetros de las más lejanas. Y aunque está contaminada con todo tipo de desechos, sólo la hierven para los niños más chiquitos. ¿Y el resto? Los más precavidos le echan algunas gotas de cloro y jugo de limón, pero la mayoría simplemente convive con los parásitos, amebas y otras criaturas acuáticas que de seguro venían en el jugo de mango que me tomé en la mañana. Por eso es un privilegio trabajar para que el acueducto que lleve agua limpia, directo desde la fuente de El Quemao, sea una realidad. Y sólo por eso tiene sentido pasar otra semana sin ir a La Higuera a ver a mis comunitarios queridos. Guárdenme el café, que esta semana sirvo más en La Florida. Esta semana, soñamos agua.
Comunitarios trabajando en el diagnóstico para la propuesta de construcción del acueducto
La Florida