lunes, enero 28, 2008

Carretera Internacional

Así se llama el camino agrietado que marca la frontera entre Haití y Dominicana. Nuestra guagua avanza despacio, levantando una nube de polvo que se mezcla con el olor triste de los incendios. La montaña entera está quemada, herida como los lomos de los mulos que la recorren a diario. El camino se ensancha y atravesamos una cancha de fútbol improvisada. Un grupo de niños haitianos sale corriendo a nuestro paso con los brazos extendidos, llamándonos en una especie de quejido que se pierde entre los cerros. Más adelante, otra niña corre y nos saluda. ¿De verdad sonríe, o sólo me lo inventé para dulcificar el recuerdo? Con su vestido rojo de lunares, se ve igual a la chinita Margarita... Pero le faltan alas para volar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Cami bella!!
No investaste la sonrisa... de verdad existe, aunque a veces nos cuesta creer que esta sea real al enconmtrarnos con tanta realidad... Y sabes que es lo mejor? Existen cientos, miles mas esperandote para endulzar tu día a día...
Nita